“Dicen que me arrastrarán por sobre rocas, cuando la Revolución se venga abajo…”, escribió Silvió Rodríguez hace un cuarto de siglo y algunos dijeron exageraba.
Pero he aquí que acaba de llamarse a “arrastrar a toos los comunistas” en un video con el que “disidentes pacíficos” declaran sus esperanzas de más bloqueo y derrocamiento del gobierno cubano con el recién electo Presidente de los Estados Unidos. Los intentos de control de daños, tanto de algún protagonista del “nuevo periodismo cubano”, como desde la maquinaria tradicional que lidera El Nuevo Herald, se han distanciado del material, insistiendo en que es un grupo pero han guardado prudente silencio sobre el llamado a “arrastrar”, coincidente con la “purga calcinante” que no hace mucho se reclamó para los últimos sesenta años de historia cubana en uno de los medios de comunicación privados que hacen periodismo desde Cuba.
No hay testimonio audiovisual de revolucionarios cubanos llamando a arrastrar a sus oponentes, como tampoco son comunistas los victimarios de las 3 478 cubanos que han muerto en esta Isla, víctimas del terrorismo practicado, financiado y alentado desde Estados Unidos. Esos llamados tal vez existan en el cine de ficción, pero no en el documental que sí recoge ampliamente la violencia extrema que en muchas partes han recibido, y reciben, quienes se han opuesto a las estrategias de Washington y sus aliados locales.
Sin embargo, lo interesante es que en ambos casos -la “purga” y el “arrastrar”-quienes se precian de equidistantes policías sobre la libertad de expresión en Cuba, y no cesan de inventarse extremismos, intolerancias y censuras, han preferido callar, ¿por qué será?
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